Estuve investigando un poco acerca de los barrios que surgieron a principios del silgo XX en Buenos Aires, como una alternativa de vivienda económica para obreros e
inmigrantes. Algunos surgieron en la última clase cuando corregimos el trabajo de familia de formas, yo no pude llevar mi trabajo pero mi hecho arquitectónico es también uno de esos barrios, el Barrio Rawson en Agronomía.
Encontré este artículo que relata un poco la historia de como surgieron y como son, parece que hay más de los q pensaba!
TRANSFORMACIONES URBANAS: LINIERS, FLORES,
BARRACAS, VILLA SANTA RITA Y PARQUE CHACABUCO
Los barrios obreros se renuevan, pero mantienen su viejo encanto
Fueron construidos a principios del siglo XX para trabajadores e inmigrantes. Hoy, sus casitas son buscadas por familias jóvenes porque estas zonas de la Ciudad aún preservan los códigos vecinales.
La serenidad es gratamente interrumpida por el canto de los pájaros y el viento entre las hojas de los árboles. Podría ser un domingo o un lunes o un jueves: el tiempo no existe en estos barrios de pasajes angostos y casas idénticas. Tan iguales que se vuelven diferentes, como si un espejo se divirtiera reflejándolas con distintos colores.
Buenos Aires oculta numerosos barrios como éstos, verdaderos microclimas de manzanas diminutas, veredas estrechas y calles con nombres de aves, escritores o árboles. La mayoría nació en la primera mitad del siglo XX, como una alternativa de vivienda digna y económica para obreros e inmigrantes. Y el siglo XXI los convirtió en barrios de moda, ideales para quienes buscan calma en plena ciudad.
"Las casas de estos barrios son especialmente buscadas por parejas jóvenes con hijos. Las preferidas son las que se mantienen en estado original, que son las que escasean", afirma Juan Pablo Giacomello, de la inmobiliaria Raíces, que ofrece algunas en el barrio de las Mil Casitas, en Liniers. "Cuestan entre 40.000 y 55.000 dólares. Aunque por las remodeladas con terreno y pileta se llegan a pedir 120.000".
Los compradores suelen reciclarlas con su sello personal. Eso ocasiona que fachadas iguales se vean diferentes gracias a mayólicas, ladrillos a la vista o colores variados. "Hay una tendencia a diferenciarse —opina el arquitecto Rolando Schere— y la gente, que busca estas casas por su encanto, a veces termina destruyéndolas".
"En los pasajes mismos había cielo bastante/para toda una dicha/y las tapias tenían el color de las tardes", describe Jorge Luis Borges en su "Elegía de los portones" a Villa Alvear, construida en 1885 por el arquitecto Juan Buschiazzo. Ahora, en Palermo, centro de la modernidad, apenas si quedan rastros de ese barrio obrero en la Plaza Cortázar y los pasajes Russell, Santa Rosa, Soria y Coronel Cabrer.
Algunos de estos barrios fueron construidos gracias a donaciones privadas, como el Butteler, que desde 1910 forma una equis a la altura de las avenidas La Plata y Cobo, en Parque Chacabuco. Otros surgieron por iniciativa de congregaciones religiosas, como la Colonia Obrera de Nueva Pompeya, en Traful y Cachi (1912), o el Barrio Espinoza (1919), que aún subsiste en Barracas, en Perdriel y California.
El Estado también impulsó la creación de barrios económicos durante la Primera Guerra Mundial para mejorar las condiciones de vida de miles de familias hacinadas en conventillos. En 1915, una comisión comenzó a construir viviendas "cómodas e higiénicas" a partir de la sanción de la Ley Nacional de Casas Baratas, conocida como Ley Cafferata por el diputado que la propuso.
Tras una experiencia a pequeña escala en Parque Patricios, el primer barrio Cafferata se edificó en Parque Chacabuco en 1921. Tiene 161 casas individuales de aire británico, repartidas en calles con nombres inspirados por la Revolución Francesa: Igualdad, República, Libertad y Fraternidad. Lo siguió el barrio Rawson, en Agronomía, en un triángulo formado por las calles Tinogasta, Zamudio y San Martín.
Paralelamente, en los años 20 la Municipalidad firmó un convenio con la Compañía de Construcciones Modernas para hacer 10.000 casas. Se llegaron a edificar 5.000 en los barrios Tellier y Falcón, o de las Mil Casitas, en Liniers; Emilio Mitre, en Parque Chacabuco (ver ...); Varela-Bonorino, en Flores (ver Los vecinos...); Nazca, en Villa Santa Rita, y Segurola, en Floresta.
Las casitas de estos barrios fueron construidas en serie con 8,66 metros de frente por 8,66 de largo. Tienen dos plantas, pero las originales no tienen baño arriba, porque más cañerías hubieran encarecido los costos. Igual, no eran baratas: había que pagar 30 cuotas bastante elevadas.
"Los barrios municipales —dice Schere— son conocidos por sus manzanas 'tallarín', finitas y surcadas por muchas calles. Algunos los criticaban porque no tenían espacios verdes".
Uno de los más grandes es el barrio de las Mil Casitas, en Liniers, en realidad dos unidos, el Falcón y el Tellier. "Son 1.700 casitas de estilo holandés —precisa Nélida Pareja, de la Junta de Estudios Históricos de Liniers—. Y siempre tuvieron una bohemia especial. En ellas vivieron muchos artistas, como Pérez Celis".
La vida en estas barriadas tenía un ritmo propio. "Era como una sola familia. En el barrio Nazca, de Villa Santa Rita, para las fiestas, sacaban mesas a la calle, comían todos juntos y hasta invitaban al vigilante de la esquina", recuerda Isabelino Espinosa (85), de la Junta de Estudios Históricos de Villa del Parque. Aún hoy, los antiguos barrios obreros conservan su identidad y ofrecen una tranquilidad que ya no existe en el resto de la Ciudad.
Les dejo un blog con unos croquis muy lindos sobre mi barrio :)